Cómo convertir la huella de carbono en estrategia de sostenibilidad (y no en un simple requisito)
- Laura María Bautista Santander

- 3 oct
- 6 Min. de lectura
Por compromiso con la urgencia climática, por tendencia o por obligación, en los espacios empresariales cada vez se habla más de la huella de carbono como una métrica clave. Esto es un avance muy significativo e indispensable que permite aprovechar las grandes capacidades de las empresas para abordar los desafíos ambientales a través de su cultura, su modelo de negocio, su influencia y sus alianzas.
Sin embargo, en estas situaciones siempre existen diversos escenarios. Están aquellas empresas que estructuran, respaldan y dan seguimiento a todos sus objetivos estratégicos, donde está inmersa la gestión de la huella de carbono; pero también están aquellas donde la huella de carbono es solamente una cifra que entregan - a regañadientes- a algún grupo de interés como exigencia.
En esta entrada del blog nos centraremos en ese segundo escenario, analizando cómo convertir la huella de carbono en estrategia de sostenibilidad y no en un simple requisito.
Cuando hemos hecho parte del equipo que estima la huella de carbono de una empresa, de un evento o de un producto sabemos que ese resultado final -ton CO2e-, tiene por detrás un valor monetario para poner en marcha el proyecto y tiempo de trabajo de diferentes equipos, profundización en los procesos, comunicación con proveedores, análisis de fuentes de emisión, investigación, cálculos y muchos pasos más que suceden detrás del telón. Ante cualquier área directiva de una empresa tal magnitud de inversión y esfuerzo se traduce, indiscutiblemente, en una prioridad que se debe incluir en la planeación estratégica. No obstante, a pesar de que muchas empresas tienen sus estrategias financieras, de compras, de logística, etc.; la visión estratégica de la sostenibilidad queda rezagada.
Entonces, como persona a cargo de la dirección del área de sostenibilidad, ¿qué puedes hacer para asegurar que tu proyecto de estimación de huella de carbono deje de ser una de tantas tareas y se convierta en un elemento no solo valorado sino también útil a nivel corporativo? Empecemos de adentro hacia afuera:
Primero las verdades incómodas y el valor estratégico.
El primer paso para que puedas convertir tu huella de carbono en un insumo estratégico es evaluar una verdad que puede ser muy incómoda: tu convicción guía la acción.
Y, sí, a pesar de que te apasione la sostenibilidad y te hayas preparado fuertemente en el desarrollo de tus habilidades técnicas y como líder, muchas veces puede ser frustrante la falta de respaldo o la cantidad de información que requiere el área. Es por ello que un punto clave es transformar la narrativa alrededor del proyecto: si desde tu rol lo percibes como una carga, inevitablemente lo transmites al resto de la organización.
¿Cómo empezar?
Evalúa tu contexto. ¿Realmente para qué propondrás que midan la huella de carbono? Identifica vulnerabilidades, analiza cómo anticiparse a regulaciones, demuestra la influencia en la eficiencia operativa, estudia cómo se relaciona con el acceso a mercados y clientes, qué tiene que ver con la innovación y la ventaja competitiva de tu empresa en específico, cómo usarla para atraer financiamiento o ahorros a tu empresa.
Comunica correctamente el valor estratégico de lo que analizaste: ¿cuáles son los riesgos/oportunidades en materia operativa, financiera, de mercado, reputacionales, etc. que se pueden atender/anticipar al gestionar la huella de carbono? La medición de emisiones no es un fin en sí mismo, sino una herramienta que permite identificar procesos críticos, anticipar costos asociados, diseñar estrategias de resiliencia y demostrar capacidad de gestión ante inversionistas y clientes.
Solo para analizar una arista, el World Economic Forum y Accenture exponen en su reporte: Business on the Edge: Building Industry Resilience to Climate Hazards (2024) que, “peligros como el calor extremo y las inundaciones amenazan los activos fijos corporativos, con empresas potencialmente enfrentando pérdidas de ganancias anuales del 6,6% al 7,3% para 2035”(1).
La medición de la huella de carbono permite trasladar este tipo de análisis global a la realidad de tu empresa, identificando qué unidades de negocio, procesos, equipo o cadenas de suministro están más expuestos tanto a riesgos físicos (interrupciones operativas) como a riesgos asociados a nuevas regulaciones, impuestos, cambios en la demanda. Este ejercicio puedes analizarlo para las diferentes áreas clave de tu empresa.
Ahora, elabora una propuesta y define con el máximo órgano de toma de decisiones esos objetivos clave que van a priorizar.
Decidir estratégicamente también significa tener aliados.
En un punto deberás definir cómo desarrollar el proyecto. Siempre puedes hacerlo tú mismo, pero la realidad es que la curva de aprendizaje de la huella de carbono es alta y en constante actualización. Elegir los aliados adecuados te ahorrará errores, reprocesos, tiempo y dinero.
Acceder a capacidades especializadas para la medición de la huella de carbono de tu empresa, producto o evento significará que tu equipo interno podrá colocar su foco y habilidades en la definición de prioridades, el avance de proyectos, el fortalecimiento del área y la toma de decisiones; y tu consultor aliado asegurará el cumplimiento técnico con la más alta calidad.
Esto no significa perder el control o depender de un externo, sino ganar escalabilidad y visión macro. Desde CarbonBox nos aseguramos de que la transparencia y la transferencia de conocimiento fortalezcan a tu equipo. Puedes ver la herramienta de cálculo como a tu software contable; tú eres el dueño de tus datos, los entiendes y direccionas, pero no te desgastas en cálculos y actualizaciones automáticas que te brindan los expertos. ¿Vas a medir tu huella de carbono? Agenda una cita para conocer cómo funciona CarbonBox
El foco de tu rol: dirección y gestión
Después de todo el proceso detrás del cálculo, obtienes el Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero de tu empresa, evento o producto. Desde CarbonBox te podemos ayudar a identificar claramente en qué fuentes se concentran las emisiones, determinar dónde priorizar esfuerzos, entender el control de las emisiones, cuáles son los pasos a seguir para tu caso en específico, en resumen: entender tu huella, saber qué priorizar y cómo.
Ahora bien, como Directora o Director de Sostenibilidad, llega el momento donde más brillan tus habilidades: la dirección y gestión de los resultados.
¿Cómo?
💡Comunicando los resultados de la huella de manera estratégica a grupos de interés internos y externos de la organización.
💡Estableciendo el panorama actual: qué dicen estos resultados acerca de la empresa hoy, su producto/servicio, de sus procesos, de su equipo.
💡Revisando el objetivo que tenías para el proyecto, ¿se cumplió? ¿deberá cambiar? ¿qué objetivo estratégico te dejan los resultados? ¿avanzarán hacia la neutralidad?
💡Analizando la relación con otros proyectos de sostenibilidad, ¿sí están invirtiendo en lo más importante/urgente/esencial? ¿o en proyectos “verdes” que suenan bien pero son aleatorios?
💡Formulando prioridades con una serie de metas a corto, mediano y largo plazo, alineadas con estándares internacionales (como SBTi) y con el objetivo estratégico.
💡Estableciendo indicadores, actividades, sistemas de seguimiento y evaluación, y responsables.
💡Asignando presupuestos a las metas y relacionándolas con otras metas estratégicas de otras áreas de la empresa.
💡Vinculando el riesgo climático con su modelo de negocio.
💡Mostrando avances con el transcurso del tiempo, obstáculos que no han permitido avanzar y nuevos riesgos/oportunidades.
💡Integrando la sostenibilidad en la gobernanza corporativa.
Transversal: pensamiento sistémico
La imagen que te presentamos a continuación es un aspecto clave en los puntos que mencionamos: la sostenibilidad es transversal a las diferentes áreas de la empresa, a sus grupos de interés y a su entorno. Por lo tanto, al definir y poner en marcha tu estrategia debes integrar los requerimientos de sostenibilidad a todos los niveles de la organización, así como considerar las implicaciones en tu cadena de valor, comunidad y reguladores.
Por ejemplo, ¿Cómo evalúas a tus proveedores? ¿Conoces el impacto de tu producto no solo al ser elaborado sino una vez sale de tu puerta? ¿Qué expectativas/presiones tienen tus grupos de interés? ¿El equipo está capacitado para alcanzar la reducción de emisiones?...

Es por ello que la huella de carbono, si se ve -solo como un dato- no cambia nada, pasa de inversión estratégica a solamente un costo (y no solo económico, el costo integral de no anticiparse ni prepararse a los riesgos inminentes del Cambio Climático).
Lo que transforma a la empresa, e influye en su alrededor, son las decisiones que tomas a raíz de ella. Entonces sí, la huella de carbono es una métrica clave porque sin ella el área de sostenibilidad no tendría rumbo en la acción climática y tú, como líder, tienes la oportunidad de movilizar la innovación, el servicio y tu ventaja competitiva a favor de la sostenibilidad ambiental y organizacional.
Referencias
World Economic Forum, & Accenture. (2024). Business on the edge: Building industry resilience to climate hazards. p5. World Economic Forum. https://reports.weforum.org/docs/WEF_Business_on_the_Edge_2024.pdf



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